Limpieza y mantenimiento de las baldosas cerámicas

La limpieza de las baldosas cerámicas en muchas ocasiones no es una tarea fácil, aunque necesaria y de extrema importancia, no solo a nivel estético, sino también para mantener sus cualidades y evitar que se deterioren a lo largo de los años. Es por ello muy importante conocer bien los cuidados que deben tener los azulejos cerámicos para un buen acabado.

Para tener un óptimo mantenimiento de nuestras baldosas cerámicas una vez instaladas, existe una gran variedad de productos para dicha limpieza (agua caliente, paños o esponjas, mopas, fregonas o disolventes orgánicos etc..), que debemos escoger dependiendo del nivel de suciedad, o de las especificaciones técnicas de dicha baldosa.

Limpieza final de obra 

La primera limpieza del pavimento y revestimiento cerámico después de obra es muy importante, ya que una mala eliminación o tardía de residuos y en general de la suciedad de la obra, puede desencadenar en un resultado final pésimo.

Se deben seguir siempre las instrucciones de los fabricantes, en el caso de limpiadores específicos, y se ha de evitar el uso de ácidos clorhídricos.

Consideraciones sobre el uso de productos de limpieza para pavimento y revestimiento cerámico

Para el uso de productos de limpieza en azulejos cerámicos deberá tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

  1. La limpieza debe realizarse cuando el material de rejuntado haya secado y endurecido completamente.
  2. Nunca debemos realizar una limpieza con productos ácidos sobre un pavimento recién instalado, ya que este puede deteriorar las juntas.
  3. También se puede efectuar dicha limpieza con ayuda de maquinaria específica, o bien con un cepillado manual con agua caliente.
  4. Es recomendable impregnar la superficie de los azulejos cerámicos con agua limpia previamente a una limpieza química, para reducir la absorción de dichos productos por los materiales de rejuntado.

Limpieza diaria

Las baldosas de pavimento y revestimiento cerámico tienen una limpieza y mantenimiento diarios muy simples, tratándose de una de sus mayores ventajas, ya que simplemente basta con agua limpia a la que añadiremos un detergente de base alcalina, o un detergente neutro.

Se debe evitar el uso de detergentes con base de aceite, o ceras…, ya que puede variar la porosidad de la superficie, provocando así una mayor incrustación de la suciedad, además de reducir el antideslizante del pavimento.

Si nos encontramos con manchas que no pueden ser eliminadas con un detergente de los anteriores, necesitaremos productos como disolventes o limpiadores específicos, por lo que debemos tener especial cuidado con las especificaciones técnicas del producto. Se recomienda hacer una prueba previa en una zona poco visible para observar cómo reacciona la superficie de la baldosa cerámica.

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